El filósofo Pedro Paiva asegura que cuando Graham Bell inventó el teléfono lo primero que dijo frente a su aparato fue. “¿Y ahora a quién llamo? De la misma manera Emil Berliner el inventor alemán-estadounidense del gramófono y los discos de vinilo, debe haber dicho: “Ojalá hubiese muchos discos para elegir la música que escucharé hoy”. Muchos señalan a las discográficas como las culpables de la crisis en la música. Quizás este fuera el interrogatorio sobre un crimen. En esto pensaba mientras recorría la calle Regina hacia el encuentro con David Facenda, de Sello Salvaje. Confieso que estoy mirando la temporada completa de “True Detective” y me tiene un poco absorbido.
Es sospechoso: ¿Cómo, en plena crisis de las discográficas, nace un sello discográfico?
Nosotros empezamos porque hace 10 años estuvimos organizando conciertos de música aquí en Sevilla. Teníamos una web, había grupos pequeños que no incluían Sevilla en sus itinerarios, y fue una forma de traerlos, así fue como empezamos. Fue el inicio, empezamos a comprender cómo se contacta con un artista, cómo se lo trae a tu ciudad, quién los lleva.
Vimos que eso era más efímero, al día siguiente no quedaba nada, por eso nos llamó la idea de hacer algo que perdurase y eso coincidió con una banda amiga que necesitaba sacar su disco. Así fue el pistoletazo de salida
¿Cómo se logra que una discográfica no sea solo una fábrica de discos?
Nosotros empezamos con un modelo que consistía en descarga digital gratuita y vinilo.
Probamos con las 5 o 6 primeras bandas pero no era sostenible, se necesitaba mayor numero de fans por banda, como dice Nacho Vegas. Luego probamos el CD y hasta ahora, todo depende de la banda y el momento.
Que un artista ofrezca su música gratis también puede ser posible, discutible, cualquier postura se puede defender.
Verlo sentado allí rodeado de libros hacía que fuera difícil olvidar el paralelismo con las editoriales recibiendo manuscritos y seleccionando qué publicar y qué no.
¿Cómo es el proceso de selección de bandas?
Las hemos elegido de diferente manera, algunas por amistad, sobre todo en el arranque, amigos de la ciudad que tienen su grupo, como dije antes. Así surge el sello, nos conocíamos de sus conciertos. Luego buscamos propuestas de fuera de Sevilla, vamos conociéndolos, nos gustan y vemos si puede estar interesante asociarse. Se han acercado muchas bandas y artistas, por correo electrónico. Ahora para canalizar todo eso pusimos un correo postal en la web, para que sea en la oficina donde llegan las maquetas. Por ejemplo en el Monkey Week volveremos con una bolsa de CDs.
¿Pero qué es lo que inclina la balanza hacia un “Sí”? ¿No pensaron que podrían haber dicho “No” a los próximos Beatles?
La propuesta, la estética, la calidad musical, un poco todo. Yo traslado la gestión de empresas al mundo de la música y la gestión del sello, se habla de crisis pero en los últimos años: Nocturama, Territorios… el panorama ha ido creciendo, hay más salas, hay más bandas aunque talento hubo siempre. Hay crisis en la percepción de la gente y en otro tipo se sello.
El otro día nos dio por revisar todos lo correos de todas las bandas que nos habían contactado para ver si habíamos cometido algún error. Había una banda que a mi me gusta mucho que es Modelo de respuesta polar, los encontramos entre los mails del 2010 y dijimos: ¿cómo se nos ha escapado? No me acuerdo, no sé porque no hicimos nada…
¿Es difícil decirle que no a un grupo que, como ustedes, ama la música?
Es inevitable, sabe mal, pero es inevitable, propuestas que no tienen nada que ver, que los mandan a doscientos mil sellos y te toca, nos han llegado videos de Youtube que hacían sangre y no sabíamos si era en serio… intentamos verlos con respeto y, si no vemos capacidad, lo decimos.
El interrogatorio me trajo a la mente (otra vez) la música de T. Bone Burnett para “True detective”, su gran banda sonora, su estética.
¿A qué suena el Sello Salvaje? ¿Buscan estilos?
Hay de todo, no nos regimos por uno en concreto, nos gustan diferentes estilos, un poco de todo, no creo que haya sido premeditado, no lo hemos conseguido, ni planteado, tenemos preferencias y se van incorporando.
(En la cafetería donde nos encontramos se escucha la banda sonora de “Amelie”)
Ayer vi “La Isla Mínima” y me gustó mucho la banda sonora, se me quedó grabada y no recordaba que era de Julio de la Rosa y la disfruté mucho. Stanley Kubrik decía que la música de sus películas ya estaba inventada, que solo tenía que encontrarla.
Justo estaba pensando en eso. ¿No crees que la música no importa tanto por ella y su soporte sino por el entorno afectivo, por las sensaciones que produce? Quizás por eso cada vez más la gente le presta atención a las bandas sonoras.
Al final la música y el concierto es una reunión de amigos, que se hace en familia. El concierto es un fin de semana de fiesta que se prolonga en el disco, y algún despistado lo compra y participa.
Está claro que se trata de una experiencia afectiva. El vinilo es, además, una portada, una imagen, una pieza de colección. En nuestro público de sello independiente seguirá ese consumo, este estilo no es global, va más al gusto personal, lo que aporta el vinilo barre al totalmente al CD… en este tipo de música que nunca será mainstream. La gente escucha música en el móvil con baja calidad, porque esa música posiblemente sea de baja calidad. El vinilo hay bandas que lo ponen como condición para trabajar con nosotros. Yo personalmente no compro otra cosa.
¿Son caros? Escuché por ahí que si se masificaran sería un problema ecológico.
15-17 euros el vinilo. ¿Si son sostenibles? No me lo había planteado. Me resulta interesante, curioso. Lo voy a investigar. Habría que sacar vinilos ecológicos y venderlos en tiendas como Verde Moscú. Quizás hacerlos biodegradables (risas) no sé. Sí que hay grandes discografías que destruyen CDs para no pagar transporte de nuevo.
Hablemos de los cómplices necesarios: las bandas.
Tenemos a Royal Mail, el 7 de octubre vio la luz “Royal game” su primer disco. El grupo granadino tiene un sonido dream pop, hacen pop-rock alternativo con un estilo innovador. El 30 de septiembre presentamos “Raw” de los Random Walkers, un grupo sevillano de grunge. Y para enero nos tiene muy entusiasmados Moonflower un grupo pop de Valencia que ya participaron del Primavera Sound y creemos que puede ser el empujón que nos falta para llegar más lejos.
Hablando de llegar lejos. ¿Qué es lo más lejos que han llegado?
En nuestra web vimos que muchos discos se iban a Cataluña. Pero hemos enviado pedidos a Alemania, Portugal, Reino Unido y lo más lejos a Japón, a una tienda de discos que vendía música española y a la que le mandamos uno de cada. Fue curioso ponerle la pegatina en japonés.
Sigamos hablando de los grupos.
Sí. También tenemos a Kenedy con “Guts” un gran trabajo de pop rock, sus canciones han sonado en festivales por toda España y hasta en Frágiles la serie de televisión. April Fool´s Day que van de lo melódico a lo feroz, son de Barcelona, han ganado un premio por un videoclip. Con ellos hicimos “Cloudless” a finales del 2013. Y tenemos a Blusa, una de las propuestas independientes más longevas y radicales de Andalucía. Tras 14 años en activo este 11 de marzo hicimos “¡Toca breakbeat, perro!”, acompañado de tres videoclips que nos introducen en su sonido post rock instrumental, lleno de atmósferas que nos llevan a otras dimensiones.
¿Cómo manejan el tema de la crítica?
La buscamos, por la visibilidad. A través de agencia de comunicación o directamente con quien la hace. Nos han reseñado en revistas digitales, portales y blogs pero todavía no hemos roto la barrera para llegar al papel, entrar es difícil. Estamos dispuestos a que sea mala, pero que sea. Creemos en el riesgo, más cuando hay música de por medio.
¿Tienen algún sello de referencia?
A mi me gusta mucho Morr Music, un sello alemán. Todos los días entro en su web, tienen un sonido marcado, homogéneo, un aspecto de diseño potente, vinilos, artistas noveles, la forma de comunicar es divertida, original, dan pegatinas, detalles con los envíos, por ejemplo. También me gusta un sello de Suecia: Labrador. No tiene un sonido homogéneo, pero si una estética. Miramos lo que hacen para ver como se estructura su web, cómo comunican. En definitiva, aprendemos de los demás.
Cuando se habla de formatos siempre imagino que cuando se inventó el coche habría gente que defendía los carros de caballos diciendo “perderemos el trote, el olor del equino”, esa discusión también se plantea con el libro digital, ¿y con la música?
No se sabe que pasará. Ahora mismo conviven el mp3, el streming, el vinilo. Supongo que dependerá de los cambios tecnológicos. Hasta sigue el CD, que es incómodo pero muy útil para enviar a las radios como promoción, por ejemplo. Lo que ocurre es que cada vez se consume más música pero dura menos, antes un disco te duraba un año, lo escuchabas hasta el hartazgo, ahora la gente va de disco en disco, de banda en banda pero no se profundiza, hay menos tiempo.
Hagamos la recreación de cómo se hace un disco.
El grupo graba su master. Suelen buscar la persona de confianza que hace su sonido y la proximidad influye (el de Barcelona en Barcelona, el de Valencia en Valencia). Ese es el primer paso. Luego nosotros con el master empezamos a trabajar, ese es nuestro punto de entrada.
La parte económica la ponemos los socios, según sea vinilo, cd. Es conjunta con el grupo, no siempre se ha recuperado, pero buscamos que sea sostenible. Planteamos una estructura para que el grupo se apoye y crezca. Editamos los discos, gestionamos sus directos y sus derechos y algo de merchandainsing. Trabajamos las 4 vías. Nosotros no nos metemos en las decisiones de los grupos, podemos sugerir, si ellos se abren. No lo vemos solo como un negocio.
Se terminó el interrogatorio. Habíamos logrado la confesión completa. Recordé a Charly García, un artista que afirma que la música es el silencio entre cada nota. ¿Cuál es la importancia del agujero en el medio del vinilo?, pensé en voz alta.
Es esencial. Sin él no habría disco.- me dije a mi mismo.
Por Joaquín DHoldan // Fotos: Ana López Calero
