3000 Maravillas
3000 maravillas
Bernardo y Seleka, alumno y maestro. Foto de María Artiaga

Hay cosas cojonudas, y así, de esta manera tan cercana, nos han dejado claro que el proyecto Un tatuaje en la piel que habito ha sido, sin lugar a dudas, una de esas cosas cojonudas, flipantes e inesperadas que te regala la vida y el trabajo, a juzgar por las palabras de sus protagonistas y por el buen rollo que destilan cada uno de ellos cuando nos cuentan en qué ha consistido eso de tatuar las paredes de su barrio.

Un tatuaje en la piel que habito es una iniciativa puesta en marcha por la Consejería de Fomento y Vivienda, a través de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) en el contexto del programa de cooperación interterritorial ‘Habitar 2.0. Tres culturas y un sólo barrio’, financiado por la Unión Europea.

Las 3000 Viviendas no parece el enclave más acertado para el desarrollo de un proyecto artístico, pero alejados de la alarma y la negatividad a la que los medios nos tienen acostumbrados, hemos descubierto uno de los proyectos creativos que más han instado a la participación y a la sensibilización de un barrio en el que lo bueno se acoge con los brazos abiertos, y en el que día a día y gracias a la acción de la Asociación Vencedores, se lucha por solucionar los problemas de una de las zonas más castigadas de la ciudad.

De esta manera tan fácil y con almuerzo de por medio, Seleka (codirector de Delimbo Artspace y encargado de comisariar la parte artística del proyecto), Carlos Cremades (coordinador del proyecto) y Pedro Molina de la Asociación Vencedores junto con su familia y amigos, nos han contado como si fuéramos uno más, la potencia de un proyecto en el que siete artistas del graffiti han creado auténticas obras de arte que han transformado el barrio de las 3000 Viviendas en las 3000 Maravillas.

3000 Maravillas

7 muros para 7 artistas

Siete artistas han dejado huella en el barrio no solamente con sus aerosoles, sino en el corazón del barrio y las personas que lo habitan, y es que siete de los artistas del spray más conocidos en nuestra Comunidad y fuera de ella, han sido invitados a participar con sus creaciones dentro de la iniciativa Un tatuaje en la piel que habito que estos días nos ha obnubilado y fascinado al mismo tiempo. “Han sido artistas que han sabido deshacerse de sus egos y escuchar los gustos y necesidades de los habitantes del barrio” nos contaba Carlos Cremades.

3ttman ha elevado a la cuarta planta de uno de los edificios principales del barrio un mandala silueteado, en base de cemento y con la apariencia de un craquelado que el artista francés aprovecha para su particular pinta y colorea, relleno este de colores primarios principalmente y con una simbología muy particular que lo identifica.

En la misma línea, Osier, plantea en los bajos de una construcción cercana, un mural horizontal a orillas de un descampado en el que se prevé construir un parque infantil. Este es el punto de partida en el que se inspira una pintura basada en iconos y colores infantiles muy cercanos al mundo de la imaginación y el juego, con una estética japonesa a la cual el artista sevillano nos tiene acostumbrados.

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A través de la figuración, los artistas El Niño de las Pinturas  y Repo han ilustrado sus metros cuadrados de pared asignada con dos figuras/icono de la cultura popular y flamenca andaluza. El Niño de las Pinturas, grafitero granadino más reconocido, hace un homenaje al flamenco y en concreto a la figura de una bailaora, pero esta a gran escala. También, y a petición de los vecinos realizó un retrato de dos de los abuelos más queridos y añorados del barrio, Josefa y Juan, aquí un ejemplo de la apertura de las propuestas de los artistas y la capacidad de adaptación que estos han tenido camuflándose en el contexto en el que este proyecto se realizaba.

Por otro lado, Repo ha iconizado la figura de José Monge Cruz, Camarón, inmortalizado en pleno cante y a lo grande. Esta imagen ha sido una de las más visitadas y ha llamado la atención de artistas del mundo del flamenco, como la bailaora Remedios Amaya, que se acercó a visitar la pintura en cuanto le llegó el rumor de que estaban inmortalizando a una de las grandes figuras del flamenco en el barrio.

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3000 Maravillas

Las 3.000 maravillas de Joe King ha sido sin duda uno de las pinturas que más huella ha dejado. Se ha convertido en uno de los murales favoritos en los que auto retratarse con amigos y vecinos después de visitarlo. Es este una revisión al mítico cartel de inspiración googie “Welcome to fabulous Las Vegas” que daba la bienvenida a la ciudad de Las Vegas y que se ha convertido en objeto de culto y souvenir. Su autor, Joe King empezó en el mundo del graffiti de forma autodidacta a los 7 años, al igual que su compañero Seleka, ambos especializados en el uso del lettering, el primero con estilo y caligrafía clásica del graffiti y el segundo consigue, a través de la deformación y el uso del color de las tipografías, una suerte de obras abstractas. Seleka en esta ocasión ha pintado un mural dominado por azules y blancos, sin objeto más allá que el juego con el color y dejando a un lado su sello tipográfico.

Al hilo del trabajo de Seleka, el artista sevillano Rois ha trabajado diferentes manchas y usos tipográficos para crear una pared abstracta en la que solamente podemos intuir una luna en su cabecera bañada en una amplia gama de tonos verdes.

El pincel de tus ojos

Dentro del proyecto se contemplaba realizar un taller teórico-práctico de iniciación al graffiti para sensibilizar a los más pequeños del barrio en la materia artística. Los talleres han sido arte y parte importante en el desarrollo de la intervención en el barrio. Educar y aprender han sido los infinitivos de una de las actividades más sugerentes del proyecto, siete chavales entre los que se encuentra Bernardo, hijo de Pedro Molina y Mari, apasionado del manga y un artista de la palabra y del spray. “He aprendido mucho de los maestros. Seguiré pintando porque además es algo que pone contenta a la gente. No es lo mismo que una niña vea una pared en blanco que una Cenicienta pintada en ella”.

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Frase tras frase descubrimos que el discurso del arte en realidad es más sencillo, que llega a todos y que los cinco días en los que Seleka, Repo y Joe King compartieron aula y conocimientos, los chavales estaban entregados, absorbiendo como esponjas y “sin mover el culo de la silla, literalmente”, como nos cuenta Carlos Cremades.

Seleka nos explica cómo fue impartir el taller para los chicos del barrio, “la verdad es que se les ha enseñado diferentes modos de poder llegar a lo mismo para que ellos puedan decidir. Aquí lo importante no es elegir quién es el que mejor dibuja o quién es el que tal. Lo que hemos intentado es coger el potencial de cada uno de ellos y exprimirlo al máximo”.

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Foto: María Artiaga

Bernardo interrumpe, “Repo me enseñó a pintar con el ojo. Vale más el ojo que la mano. Lo de Basquiat es un garabato con talento, así lo veo yo”. Seleka mira a Bernardo mientras este habla de Basquiat, sonríe mitad orgulloso y mitad flipado.

Porque eso fue precisamente lo que les pasó a los maestros, como los llama Bernardo, fliparon literalmente cuando salieron a pintar a la calle y los siete chavales se convirtieron en treinta. De enanos de cinco años a jóvenes de veinte pidiendo permiso para coger un spray y disfrutar de un momento único en el barrio. Se habla de arte en la calle, y descubrimos que eso del “todo depende del cristal con que se mire” es una verdad como un templo.

Potaje gitano

Y como no podía ser de otra manera, Vencedores, alma del proyecto según todos, decidió fraguar el vínculo con un auténtico potaje gitano. El reflejo perfecto de lo que hoy en día nos hacen llamar sinergia, coworking o proactividad en su expresión más cercana. Una comida entre amigos, el abrazo de quien se siente partícipe de algo único, y sobre todo la sonrisa que nos contagian cada uno de los tatuadores de la piel que habito a medida que avanza el almuerzo.

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El trabajo de Vencedores y de su gran impulsor, Pedro Molina, es fruto del esfuerzo y la búsqueda de recursos donde no los hay. Educación, confianza y generosidad son los pilares sobre los que han ido construyendo una realidad que según sus propios artífices, “se ha hecho el camino andando, llevamos educación, salud, empleo, deporte… Nosotros trabajamos a pie de calle, con el pueblo, detectamos las necesidades e intentamos buscarles soluciones. Aquí no hay tanto protocolo, no podemos esperar a las instituciones, si la Administración tarda, el pueblo lo arregla”. Una inyección de optimismo que nos ha ayudado a situar las 3000 Viviendas, o el denominado barrio de Martínez Montañés, en el mapa de una manera diferente gracias a los múltiples proyectos de futuro y al deseo de transformar el barrio en las 3000 Maravillas. Familia desde luego no falta, y es que todos coinciden en haberse sentido uno más del barrio, lo que decíamos, algo cojonudo.

Por Crótalo&Triángulo

Fotos: María Artiaga // Gabinete Comunicación Junta de Andalucía

Gracias a…

Este proyecto nace a través de la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, la cual a través de la agencia AVRA ( Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía) se enmarcan dentro de un programa de cooperación internacional puesto en marcha por la Unión Europea llamado “Habitar 2.0 . Tres culturas y un solo barrio”.

La dirección y coordinación sobre el terreno corre a cargo del equipo director de la galería de arte urbano Delimbo ArtSpace  y algunos de sus proveedores que han colaborado en especias para poder llevar a cabo las actividades e intervenciones pictóricas. Letraset Promarker, Montana Colors, Posca, Lipasam  y Pinturas Pinbetón.

por Alfonso

2 comentario en “Las 3000 Maravillas”
  1. Me encanta. Un proyecto real y vivo, pensado y desarrollado con la comunidad a la que va dirigida, no de cara a la galería.

  2. Gracias por vuestro apoyo, en la Asiciación Cultural Vencedores necesitamos altavoces para que nuestra labor llegue a cuantas más personas mejor.
    Gracias de corazón amigos!

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