Los celos digitales de Instagram #feelings #crazy

Texto: Rosa Ponce // Fotos: Josan

  No quiero parecer una exagerada ni hacerme la víctima, pero ayer me quité el Instagram. Desde que mi novio se hizo Instagram me había obsesionado con los celos. Sí, los CELOS DE INSTAGRAM. Soy consciente de que todo esto me hace quedar como una novia psicópata, pero a lo mejor es que no tenemos […]

 

No quiero parecer una exagerada ni hacerme la víctima, pero ayer me quité el Instagram. Desde que mi novio se hizo Instagram me había obsesionado con los celos. Sí, los CELOS DE INSTAGRAM. Soy consciente de que todo esto me hace quedar como una novia psicópata, pero a lo mejor es que no tenemos claro los límites del amor y los celos en el contexto internet. Necesitamos hablar de los límites de los celos digitales. ¿Qué pasa con eso? No está nada claro y además, parece que no son ‘amorosamente correctos’. Vamos a comparar situaciones.

En este caso, yo soy la presunta loca y él es un chico, pero entiéndase el argumento como algo aplicable también en sentido contrario. O en cualquier sentido. Si tu novio ve a una chica objetivamente atractiva (sí, a veces es algo objetivo) en un bar y se le queda mirando, la tradición dice que a ti se te permite decirle ‘oye, ¿qué miras tanto? Ya vale, ¿no? Jeje’ y que él te pondrá una excusa tipo ‘no la estaba mirando a ella, estaba mirando a la máquina de tabaco que hay detrás’ o ‘no, que creía que me sonaba de algo pero al final no’, y todos en paz. Sin embargo, tantos años teniendo internet en nuestros hogares desde que se lo pidiéramos a nuestros padres con la excusa de estudiar, y tantos años utilizando las redes sociales como si las fueran a prohibir mañana, y solo extrapolamos al mundo digital lo que nos conviene.

La misma situación en internet: tu novio se cruza con la foto de una chica guapa (o más bien, con un pepino de tía, que para algo están los filtros) que está tirando un besito y va en bikini en enero y no solo se le queda mirando el tiempo que le da la gana, sino que puede darle libremente a SEGUIR para ver todo lo que hace en cada momento de su vida-de-tía-buena y tú puedes ver que lo ha hecho. También puede darle a ‘me gusta’ (llámalo ‘like’ si te duele menos), un ‘me gusta’ en forma de CORAZÓN, un ‘me gusta’ que casi es un ‘ME GUSTAS’ y que, si la foto es de ella estando buena PORQUE SÍ (sabéis qué fotos digo, ¿no?) yo, lógicamente, traduzco como ‘estás buena, ME GUSTAS’. Pero en este caso, si le preguntas sobre el tema (ya el hecho de preguntar hace que te veas a ti misma como una psicópata, por mucho que lo hagas utilizando el ‘jeje’), automáticamente pensará que estás loca. La contestación de él será tipo: ‘Pues sí, le habré dado a ‘me gusta’ a su foto en bikini, ¿qué pasa? No empieces, ¿eh?’, ‘¿A quién? Ah, sí. Pues no la conozco pero me salió ahí y la empecé a seguir para ver sus fotos, ¿qué más da?’ ¿Qué más da? ¿Ni siquiera un triste ‘no, que creía que me sonaba de algo pero al final no’?

Celos Instagram

© Josan

 

Al parecer, tratándose de internet, todo vale, nada cuenta y todos somos amigos hasta que se demuestre lo contrario o abusemos de los corazones. Antes, en un mundo pre-redes sociales, las chicas de internet contaban como famosas o inalcanzables o tías buenas que no existen, pero Instagram ha convertido a todas las conocidas tuyas, de tu novio y de la novia de su primo en “tías buenas”* a solo un ‘follow’ de distancia. Esto quiere decir, creo yo, que ese celo sin maldad (partimos de que somos buenas personas) debería de estarnos permitido y no tacharnos de locas al primer comentario sobre ‘esa nueva amiguita a la que sigues parece un poco GUARRA, ¿no?’. Sin embargo, todas estas acusaciones y preguntas que tú haces con todo el cariño del mundo (hay muchos tipos de cariño), aún teniendo razón, solo alimentarán el argumento que él dará a sus amigos el día que cortéis y le pregunten qué pasó: ‘estaba loca, tío. ¿Otra cerveza?’ NO estamos locas (y él y yo NO vamos a cortar cuando lea esto. Creo).

* A todo este drama, habría que sumarle el hecho de que en Instagram no hay feas. Es tan fácil estar buena en Instagram que asusta (y más asusta que yo no lo consiga nunca). Pero por otro lado, saber esto, debería disminuir mi temor. Pero no lo hace. Lo único que consigue es que no me fíe de ninguna chica de Instagram ¿Cómo distinguir a la guapas verdaderas de las feas con encuadres estratégicos? ¿qué pretenden ellos al poner ‘me gusta’ a un selfie gratuito de una desconocida? ¿por qué hay tías que acompañan sus fotos de estar buenas con frases profundas como si así la foto tuviera más sentido? ¿por qué sigue conmigo si no salgo guapa ni usando todos los filtros a la vez?

Mientras, en WhatsApp:

Yo: he escrito una cosa, es de los celos y de Instagram, jeje

Él: no te metas conmigo, porfa

Por Rosa Ponce // Ilustración: Josan

Maasai Magazine en papel

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