«Nos tomamos en serio la sostenibilidad, el diseño, la hospitalidad y la Barcelona real.» Así comienza, nada más y nada menos, el manifiesto de Petz Scholtus y Mari Rodríguez Marañís -eco-diseñadora la primera, experta en gestión de calidad la segunda- fundadoras de yök. ¿Pero qué es yök? Se trata de unos apartamentos, o como a ellas les gusta decir, una casa, un lugar de encuentro donde alojarse, un sitio donde sentirse en Barcelona, pero en la Barcelona de verdad. El edificio está situado en pleno centro de la ciudad, a escasos metros del Arco del Triunfo y del barrio del Born, con un gusto exquisito por el diseño, sobre todo local, pero siempre apostando por un diseño sostenible. Por muy manida que esté la expresión «vivir una experiencia», en yök cobra una dimensión real. La implicación de Petz, Mari y todo su equipo con este proyecto, hacen posible que, bien en su terraza mientras desayunas, descansando en sus apartamentos modernistas o participando en alguna de sus rutas por la ciudad, te sientas como en casa, que no es poco. Sentirte barcelonés por unos días, seas de donde seas, ese es su objetivo y doy fe que lo consiguen.
En vuestra web lo explica, pero me gustaría que os definierais. ¿Hotel, hostel, casa, airbnb?
Petz: Buena pregunta. Queríamos huir de las palabras boutique hotel y todo eso. Al principio pensamos en No hotel pero usar el no es negativo así que tampoco nos gustó. Podemos decir que somos apartamentos turísticos pero con un cierto servicio de hotel. Nosotros estamos aquí, puedes tener un desayuno con una despensa. Luego en cuanto a la calidad de las habitaciones, de las camas (que luego veréis), se parece más a un hotel.
Apartamentos con servicio de hotel.
Petz: Sí. Si lo dices en inglés no hay problema, apartamento turístico. Pero en Barcelona tienen muy mala fama últimamente. Por un lado nos viene bien porque nuestro proyecto consiste enseñar que esto no tiene que ser necesariamente una cosa mala y que otro turismo es posible. Aunque existe mucha polémica en esta ciudad con ese tema.
Explicadnos cómo se os ocurre esta locura. Porque dejasteis vuestros anteriores trabajos y, precisamente, no habéis montado una zapatería ni un bar, sino que os habéis metido un fregao importante.
Mari: Yo trabajaba en un consultoría turística, en el área de gestión calidad y servicio.
Comencé a tener curiosidad por los temas de sostenibilidad, eficiencia energética, diseño… porque no estaba de acuerdo con la visión sobre estos temas que abunda en el mundo del turismo.
En ese momento, un amigo al cual conoces, Toni Tió, me puso en contacto con Petz. Me dijo que era una chica que estaba con un proyecto de hotel, y seguramente podía poner puntos en común con ella. Quedamos un día, y me explicó su proyecto de hotel cuya base es la propia reforma de su piso, el R3project con temas de eco-diseño y sostenibilidad. Dicho proyecto tuvo bastante repercusión y ella se planteó hacer un hotel. En ese momento nos pusimos a hablar, sobre mi crisis de cómo están planteados los hoteles en Barcelona, sin personalidad, además sin un trato directo sino donde el factor principal es el económico (no digo que no lo valoremos claro). Primamos la experiencia, un hotel para nosotros es también una manera de compartir y de conocer la ciudad. Nuestra filosofía es esta.
A partir de ahí tenía claro que no quería seguir trabajando para otros y la vida ha hecho que ahora estemos aquí. Así resumido, mira qué fácil (risas).
El edificio es básico para este proyecto y lo que teníais en mente. No os valía cualquier cosa y ni en cualquier ubicación, ¿cuánto tiempo tardasteis en encontrarlo?
Petz: Cuando conocí a Mari yo ya llevaba un tiempo dando vueltas buscando. Así que desde que nos conocimos hasta que lo encontramos pasó un año. Total que algo más de un año de búsqueda.
¿Qué requisitos debía tener?
Mari: Tenía que mostrar Barcelona.
Petz: Sí pero eso se podía añadir después a casi cualquier edificio. Lo complicado era la ubicación, sí que vimos cosas muy bonitas pero la ubicación no era la adecuada. Y luego estaba el tema legal. Tuvimos que descartar el casco antiguo porque no daban licencias. Tuvimos mucha suerte porque estamos situados justo en el borde del casco antiguo, solo nos separan unos metros ya que el otro lado de la calle pertenece a ese distrito.
La búsqueda de una aguja en un pajar. Un año me parece hasta poco.
Mari: Ha sido duro pero gracias al equipo que hemos montado ha sido más fácil. Arquitectos, albañiles, abogados y todo el personal debían estar creyendo al 100% en el proyecto, y lo han estado. Otra cosa ha sido el tema burocrático, que siempre es jodido. Durante el camino hay que tener muchas fuerzas y creer mucho en lo que haces para no caerte.
A partir de ahí, debes tener claro qué profesionales van a formar parte en todo este proyecto. Te tienes que rodear de gente que confíe en ti y que crea en el proyecto. El éxito ha sido explicar a ese equipo en qué consistía todo esto y, a partir de aquí, gracias a todos ellos hemos superado muchísimas trabas.
Petz: Eso es fundamental. Es difícil y muy duro, te puede consumir demasiadas energías. Es clave que te creas tu proyecto y que creas que va a salir bien.
Planteáis un modelo nuevo, eso debe provocar que no te veas tan reflejado dentro del panorama actual.
Mari: Sí, una de las cosas que, sobre todo en el sector servicios, concretamente en los hoteles, es que el lugar es el que atrae. Eso va de serie y la gente espera eso. Se hacen grandes inversiones para el interior, para la reforma, etcétera y para compensar eso se recortan derechos a los trabajadores, etc. La experiencia real de un hotel te la dan los trabajadores y el equipo, si ese equipo no se identifica y no se siente importante, no estará satisfecho y no dará un buen rendimiento. Esto influirá negativamente en la experiencia del cliente y se pierde ese valor añadido.
Nosotras tratamos de huir de la burbuja turística, pretendemos hacer algo real, algo que se sienta, que la gente que trabaja aquí lo sienta y haga que nuestros clientes puedan descubrir la Barcelona “real”.
Las tres patas de este proyecto: Ecológico, Diseño y Cultura.
Mari: El tema de eco-diseño es cosa de Petz que para eso es eco-diseñadora. Yo lo he ido aprendiendo durante estos años. Ella os lo puede desarrollar mucho mejor. El concepto es una manera de entender que eco es todo, ser respetuoso, que el impacto sea el menor posible y que la actividad que se está desarrollando repercuta en la zona donde se realiza. Es una visión más global.
Es decir, sostenibilidad en todos los aspectos. Desde el cuidado de vuestro propio equipo hasta que el agua no se desperdicie.
Mari: Te cuento una anécdota con uno de nuestros proveedores, con quienes nos hacen el servicio de lavandería. Íbamos a devolver una entrega porque había una pequeña mota en las sábanas. Teníamos dudas de si pasarlo por alto pero esta vez decidimos devolverlo. El chico que nos la trajo también se extrañaba que por algo así fuésemos a echarlo para atrás. Entonces le pregunté si él había visto nuestros apartamentos. Me dijo que no, así que le hicimos un tour. Cuando terminamos me dijo “ahora entiendo por qué has rechazado esta sábana”. De esto hablamos cuando decimos lo de involucrar, son cosas como estas las que hacen la diferencia.
Estaréis aburridas de que os lo pregunten así que ya me disculpo por adelantado pero es que el nombre siempre me ha creado mucha curiosidad, ¿por qué yök?
Petz: Yök es un juego fonético de Lloc que significa lugar en catalán . Queríamos hacer esa conexión con el lugar pero las palabras en catalán no funcionaban a nivel internacional. Entonces lo cambiamos y lo escribimos con “Y” . Además le sumamos la diéresis que viene de mi anterior marca. En Luxemburgo, öko significa eco en Luxemburgués y mi marca de antes se llama Pöko Design, así que mantuvimos la diéresis. El diseño lo hizo Katie Barcelona y se ha inspirado en el logo de Chupa-Chups, que fue hecho por Dalí y mucha gente no lo sabe. Ella con un tipógrafo crearon la “y”, “o” y “k” porque Dalí solo hizo “chupa-chups”
Mari: También en inglés, yök es un juego fonético de yolk que significa yema de huevo en inglés.Por lo tanto yök es el lugar donde pasan cosas (risas).
Quien llegue a yök, ¿qué se va a encontrar?
Petz: El edificio es de 1900. Hasta la quinta planta, y a partir de ahí es de los años 70, por eso, nuestro ático , no es tan noble que los apartamentos de la tercera planta, ojo pero tiene terraza con unas súper vistas donde servimos nuestro desayuno (risas). Los apartamentos son muy típicos de aquí, cuando llegas aquí notas que estás realmente en Barcelona.
Ahora hay muchos hoteles chulos pero donde tienes la sensación de que podrías estar en cualquier parte del mundo. Hemos intentado recuperar todos los detalles modernistas que había en el edificio, suelos mosaicos, techos, vidrieras… Hemos recuperado el máximo posible y todo el añadido es de material local, muchos de los muebles están diseñados en Barcelona por diseñadores locales bajo criterios de eco-diseño.
Mari: Hemos recuperado estos pisos, llevaban 30 años sin tocar. La reforma fueron 6 meses con una media de 8? trabajadores cada día. Lo más importante son los suelos, los techos y las ventanas. Hemos dado mucha importancia al descanso y empleo del diseño de aquí.
¿Qué tipo de clientela?
Mari: Familias, amigos y empresas. Luego la nacionalidad suele ser americana, francesa, inglesa y españoles muy pocos. Aprovechamos la ocasión para hacer un llamamiento a todos los españoles que vegan a yök (risas).
Petz: Y muchos de Hong Kong últimamente.
Vuestra clientela son turistas pero ¿tenéis entre ellos a gente de la propia Barcelona? ¿Buscáis eso, es un objetivo?
Mari: Sí, nuestra clientela local viene sobre todo a nuestra terraza. Las actividades están abiertas a los barceloneses y turistas como punto de unión, de encuentro y de compartir.
Nuestras actividades están relacionadas con el ecodiseño, la sostenibilidad y la Barcelona real.
La gente que viene aquí, viene con la intención de conocer la Barcelona auténtica. Es esta idea de la otra Barcelona. Nosotras somos dos personas bastante características de aquí. Yo soy barcelonesa pero charnega, es decir, mi familia no es catalana, es del norte, de Galicia.
Petz: Yo soy guiri (risas).
Mari: Amo Barcelona y me siento catalana pero tengo una parte y me siento también gallega y Petz es menos gallega, menos catalana y menos española (risas) pero se siente barcelonesa.
Y para vender la esencia de la ciudad, no solo tenéis este precioso edificio en el que se respira Barcelona donde se aloja la gente sino que planificáis rutas “temáticas” por la ciudad. Me han contado que hasta tenéis una por L´Hospitalet.
Petz: En el desayuno hablamos con los clientes, y viendo si tienen niños, si vienen en pareja o lo que sea, les planteamos actividades o lugares para visitar. Vemos las necesidades que tienen y les proponemos alternativas. No trabajamos a comisión con ningún negocio. Es algo más familiar. Las recomendaciones son porque realmente nos gustan los sitios que recomendamos y porque a esas personas les va a ir bien. Ese es un poco el éxito.
Una vez al mes hacemos almuerzos catalanes porque ahora se ha llenado todo de cupcakes y brunchs por todos lados y nos parece interesante no perder estas cosas.
Mari: Las rutas son para descubrir Barcelona de verdad. Para descubrir pequeños secretos, pequeños rincones. Les acompañamos y así surgen otros temas, preguntas y es muy interesante. Puedes explicar el por qué de un dulce de temporada a por qué hay diferentes banderas en los balcones.
Lo de L´Hospitalet, que aún no lo hemos hecho, es recuperar la historia de esta zona en los años 60, 70. L´Hospitalet fue la ciudad de acogida de la inmigración de esos años. Creció e hizo crecer Barcelona. Lo sé por mis padres cuando llegaron. El problema de esa ruta en cuestión es que ya no existen la mayoría de los sitios interesantes, puedes hacer una ruta más “emocional”, más de qué era y qué es. Bellvitge es el barrio por excelencia de toda la inmigración que vino del sur y Santa Eulalia fue el barrio donde llegó la gente de Galicia. ¿Esto puede ser interesante para un extranjero? Hay que buscar un equilibrio entre esa parte emocional de, por ejemplo mi familia, la parte histórica y hacerlo interesante para alguien de fuera que no está tan puesto en la historia de este país.
Petz: Que tu padre nos haga el vermut (risas).
¿Conocéis de algún sitio como el vuestro, con estas características?
Petz: Hay un hostal-hotel en el Raval, el Hostal Grau, que es muy ecológico y además está bien diseñado. Cuando nosotros estamos llenos los mandamos allí. Ellos tienen la certificación LEED que es el máximo que puedes obtener hoy a nivel de interiorismo o a nivel de edificio ecológico. Hay otro en Ampurias, el Hostal Empúries, que también lo tiene. Nosotros nos negamos a tenerla porque para un sitio pequeño como nosotros, tener esa certificación y pegarla en la puerta no tiene mucho sentido, podemos explicarlo bien de una manera transparente y además requiere de unos gastos. No nos hace falta la pegatina.
¿Qué referentes teníais antes de montar yök?
Petz: No nos fijamos en ningún hotel porque no queríamos montar un hotel. Queríamos reflexionar sobre esto. A nivel ecológico nos gusta el hotel de Ampurias y a nivel cool (risas) nos gusta mucho el ACE hotel de Nueva York. En Berlín hay uno que se llama Michelberger que tiene la zona común abierta al público y nos encanta. Cuando viajamos a sitios pequeños, nos fijamos mucho en el trato que te dan los dueños, es más interesante que el trato de una recepción de hotel.
Nos hemos influenciado mucho pero a la inversa, es decir, para evitar ciertas cosas como en el caso de los baños. Queríamos que los baños fueran como los de una casa, no como los de un hotel. O los armarios, no tenemos armarios porque en un hotel siempre los tienes vacíos, huelen mal y ocupan mucho espacio.
Ahora que estamos desayunando, ¿qué es lo más raro que os habéis encontrado en esta terraza?
Petz: a unos clientes chinos que se hicieron un lío y le pusieron a la tostada mantequilla, ajos cortados, tomate y aceite (risas).